Son auténticas. Gracias a su método tradicional de cocción lenta, garantizan un crujido incomparable y un sabroso sabor a patata para el mayor placer del paladar. Sin aromas artificiales, sin colorantes: patatas fritas que no tienen nada que ocultar.
Nuestras patatas fritas Ribble, extremadamente crujientes y sabrosas, son perfectas para acompañar una cerveza fría, un vino o un delicioso cóctel. Nosotros ponemos las patatas fritas en la mesa de nuestras soleadas reuniones. ¿Usted también?